El aguinaldo (en España paga extraordinaria o paga extra) es una remuneración que percibe el empleado adicionalmente a las doce mensualidades habituales. Puede haber uno o más aguinaldos al año.
Los antiguos llamaban strenae a los regalos que se intercambiaban los
amigos en honor de los dioses y como señal de feliz augurio. Una
tradición romana atribuía el origen de los aguinaldos del 1º de enero, Kalendariae strenae, al rey Tito Tacio, de quien nació la costumbre de ir ese día a coger verbena al bosque sagrado de Strenua, la Fuerza, o strenia,
diosa de la salud, con el fin de obtener la divina protección durante
el año nuevo. Otra tradición suponía que el pueblo iba en procesión al
palacio del rey sabino para ofrecerle al mismo tiempo que los deseos de
un buen año, ramas de ese arbusto considerado como portador de la
felicidad. La sencillez primitiva desapareció y los aguinaldos pasaron a
constituir objetos más o menos lujosos llegando a degenerar en abuso.
La gente aprovechaba para regalarse en las fiestas principales como las
de Saturno en diciembre Saturnalia sportula y las de Minerva Minervale munus hasta que Tiberio dispuso que solo se celebrasen las calendas de enero.
Los aguinaldos eran muy variados en cuanto a su naturaleza. Los aguinaldos herbáceos
corresponden a la Edad de Oro; después vino una época en que eran
alimentos de todas las clases; más tarde consistieron en piezas de oro,
plata y bronce, luego en muebles y vestidos. Muy frecuente era regalarse
pugilarios o dípticos de uso análogo al de nuestras carteras y agendas.
Fueron los aguinaldos una práctica costosa, arrancada al pobre por el
rico, pues los clientes ofrecían aguinaldos a los protectores, los
ciudadanos al príncipe y los discípulos a los maestros. La fuerza de la
costumbre obligaba a algunos a dar lo que no tenían. Contra la
obligación de regalar escribieron los Padres de la Iglesia
para evitar que muchos cristianos se olvidaran de lo que eran. Por
dichos autores sabemos no pocos detalles de los aguinaldos. Por ejemplo,
la costumbre de mucha gente, sobre todo, de los habitantes del campo,
de poner en las puertas de sus casas durante la noche anterior al 1º de
enero mesas cargadas de toda clase de alimentos para que los consumieran
los transeúntes.
Pero la Iglesia tomó del paganismo entre otras prácticas puramente
exteriores y materiales, la de los aguinaldos o regalos con motivo no de
la fiesta del 1º de año sino de los bautismos. Aguinaldos bautismales eran, según ciertos pasajes de escritores sagrados del siglo VI y especialmente de San Gregorio Bizanceno, los regalos donaría que parece se cambiaban entre el neófito y el ministro de la Iglesia o los padrinos y madrinas. Consistían en medallas o lámparas con emblemas o inscripciones que declaran su destino.
En la Edad Media, los reyes, príncipes y magnates continuaron celebrando la fiesta de la entrada del año, especialmente en Navidad y en Pascua
pues este día fue hasta el siglo XVI el primer día del año con cuyo
motivo y ocasión se intercambiaban regalos. Pero esta costumbre cuando
realmente surgió con igual fuerza que en la antigüedad fue en el Renacimiento.
En Francia, desde entonces, estos regalos llamados étrennes, han constituido una costumbre entre las gentes de alto nivel aunque verdaderamente no se generalizaron hasta la época de Luis XIV. En 1793 se dictó un edicto suprimiendo los étrennes
pero la protesta fue general pues entonces ya era costumbre darlos a
los mozos de cafés, peluqueros, cocheros, etc. La doble costumbre de
regalos y propinas se ha conservado no solo en Francia sino en toda Europa.
Parece que la tendencia a obsequiar a unos y otros con
ocasión del año nuevo, está bastante extendida en diversas
culturas. Esto obedece a la creencia de que los mejores
augurios para el año que empezaba, se atraían creando un
flujo de generosos regalos. Los primeros consistieron en
dátiles secos y otros dulces, cuya función tenía que ser
empezar el año de la forma más dulce posible.
La palabra latina que designa el aguinaldo, es
strenna o strena, cuyo primer significado es
precisamente presagio, pronóstico; luego se acostumbró a
simbolizar los presagios en regalos, de tal manera que al
tiempo que se presagiaba o se le deseaba a alguien algún
bien con ocasión del inicio del año o de la fiesta
natalicia, se le anticipaba una muestra de aquello que se
expresaba con los deseos. De ahí vino el intercambio de
regalos, para expresar el agradecimiento por los buenos
augurios y por el regalo que los presagiaba, no sólo con
buenas palabras, sino también con regalos, que obras son
amores.
Ya en Roma se generalizó e incluso se institucionalizó la
costumbre de acompañar con regalos (strenae), los
buenos deseos y las felicitaciones (congratulationes)
con ocasión de las fiestas de Año Nuevo y Natalicias (de
cumpleaños). Incluso rendían culto a Strenia, la
diosa de la buena salud y de la buena suerte. En español
existe la palabra estrena con el significado de
obsequio, presente o dádiva que se hace para demostrar la
satisfacción o la alegría en la celebración de un
acontecimiento feliz. Es un sinónimo de aguinaldo. De
ella procede el verbo estrenar, en el que subyace la
idea no sólo de principio, sino de buen principio de algo.
Es la que acompañó siempre a los aguinaldos de Año
Nuevo: la idea de empezar, de estrenar bien el año.
La paga extraordinaria de Navidad nació en concepto de
aguinaldo que daba el patrón a sus trabajadores. Otra
forma de aguinaldo, de larga tradición, que goza aún de
amplia vigencia, es el del obsequio en especie, con
productos navideños (turrones, cava, etc.).
Pero sin duda la más popular es la que practican en muchos
lugares los niños, yendo en grupo por las casas: cantan
villancicos y canciones alusivas al aguinaldo, y reciben una
pequeña donación en monedas o en dulces. Esta costumbre
contribuye a dar color a la Navidad tanto para los mayores
(porque no es onerosa), como para los pequeños.
Otra forma de aguinaldo que sí se hizo onerosa en
cambio, fue la que practicaban años atrás todos aquellos que
atendían servicios públicos en contacto con la gente:
basureros, barrenderos, faroleros (cuando había que encender
los faroles de uno en uno, ya fuesen de gas, ya eléctricos),
carteros, serenos y algunos más. Iban por las casas
repartiendo una felicitación en verso alusiva al servicio
que daban durante todo el año, a la Navidad, y al derecho
que tenían a recibir el aguinaldo. Aquello era una
sangría, que acabó por caer de tan pesada que era.
Finalmente (seguro que más de una cosa se queda en el
tintero) el nombre de aguinaldo se ha extendido en las
Américas. En Colombia, en la República Dominicana, en
México, se conserva esta palabra, pero predominando en ella
el significado de obsequio de alimento y bebida a quienes
van a felicitar las navidades.
La Navidades una de las festividades más importantes del cristianismo, junto con la Pascua de resurrección y Pentecostés. Esta solemnidad, que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén, se celebra el 25 de diciembre en la Iglesia católica, en la Iglesia anglicana, en algunas comunidades protestantes y en la Iglesia ortodoxa rumana. En cambio, se festeja el 7 de enero en otras iglesias ortodoxas, que no aceptaron la reforma hecha al calendario juliano para pasar al calendario conocido como gregoriano, nombre derivado de su reformador, el papa Gregorio XIII.
Los angloparlantes utilizan el término Christmas, cuyo significado es ‘misa (mass) de Cristo’. En algunas lenguas germánicas, como el alemán, la fiesta se denomina Weihnachten, que significa ‘noche de bendición’. Las fiestas de la Navidad se proponen, como su nombre indica, celebrar la Natividad (es decir, el nacimiento) de Jesús de Nazaret.
Existen varias teorías sobre cómo se llegó a celebrar la Navidad el
25 de diciembre, que surgen desde diversos modos de indagar, según
algunos datos conocidos, en qué fecha habría nacido Jesús.
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