Tradicionalmente, se ha definido la república como la forma de gobierno de los países en los que el pueblo tiene la soberanía y facultad para el ejercicio del poder, aunque sea delegado por el pueblo soberano en gobernantes que elige de un modo u otro. En la práctica suele pensarse que la forma de estado de un país es la monarquía si tiene rey, y república si no lo tiene. Lo cierto es que una república está fundamentada en el “imperio de la ley” y no en el “imperio de los hombres”. Una república es, de este modo, un sistema institucional independiente de los vaivenes políticos y en la cual tanto los gobernantes como los gobernados se someten por igual a un conjunto de principios fundamentales normalmente establecidos en una constitución.
“Un montón de gente no es una república” Aristóteles.
Y la constitución, de ser apegada al Derecho, sirve para protegerlo y definir incluso qué leyes son buenas y cuáles malas en el marco de referencia constitucional.
El desconocimiento de estos principios clásicos en el mundo moderno lentamente ha conducido a muchos a expresarse en términos de “repúblicas democráticas” o “repúblicas islámicas”, sin considerar la contradicción que tales frases contienen.
Son elementos comunes que participan del contenido de la definición tradicional que la cultura occidental ha elaborado del concepto “República”:
- La periodicidad en los cargos
- La publicidad de los actos de gobierno: no es posible el secreto de Estado
- La responsabilidad de políticos y funcionarios públicos
- La separación y control entre los poderes
- La soberanía de la ley
- El ejercicio de la ciudadanía, quien pone y depone
- La práctica del respeto, y no la intolerancia, con las ideas opuestas
- La igualdad ante la ley
- La idoneidad como condición de acceso a los cargos públicos
El Estado, que es el conjunto de instituciones que ejerce su gobierno y aplica sus leyes con soberanía sobre un territorio delimitado, necesita que ese poder de mando ejercido por el gobierno, se halle organizado de algún modo. Así puede ser monárquico o republicano.
La República puede estar constituida sobre un Estado espacialmente dividido en territorios autónomos, lo sería una República Federal como el caso de Argentina, o con un poder centralizado sobre todo el territorio del país, lo que constituiría una República Unitaria, como por ejemplo, Colombia y Uruguay.
También puede ser la república, una democracia o una aristocracia, como la república concebida por Platón, que en realidad se llamaba “politeia” donde se aspiraba a que gobiernen los mejores, en una forma donde se entremezclaban rasgos de la democracia con los de la aristocracia.
Existen repúblicas presidencialistas, como el caso de Estados Unidos, Argentina y Ecuador, donde el jefe de Estado y el de Gobierno, elegido por el pueblo, coinciden, y parlamentarias, donde están diferenciadas las funciones del Jefe de Estado y del Jefe de Gobierno, que es elegido por el Parlamento, frente al que es responsable políticamente, como Alemania, Austria, Israel y Grecia.
República proviene del vocablo latino res (cosa) pública, perteneciente al “populus” o pueblo, significando que el poder reside en el pueblo, que lo delega transitoriamente en sus representantes. Esta es una diferencia fundamental con los gobiernos monárquicos donde el soberano tiene carácter vitalicio, y muchas veces, hereditario.
Una característica fundamental del sistema de gobierno republicano es la división de poderes, constitucionalmente establecida, que son usualmente tres, divididos en cuanto a su funciones específicas: un órgano administrador, representado en el Poder Ejecutivo, otro “hacedor de leyes” llamado Poder Legislativo, y otro que tiene la misión de aplicar esas leyes en los casos específicos sometidos a su apreciación, que es el Poder Judicial. La división de poderes ya estuvo propugnada por Montesquieu, como un modo de equilibrar y controlar el poder evitando abusos por parte de quien lo ostenta.
Otras características de la República, son: la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos; los gobernantes son responsables ante el pueblo que los eligió, por sus actos de gobierno; y la publicidad de dichos actos, que no deben ser secretos, sino puestos a conocimiento del público para poder ser controlados. Esto se hace a través del Boletín Oficial.
Los pilares fundamentales de la República
Los tres pilares fundamentales de la República según Aristóteles son:
- La división de poderes y su control recíproco.
- La participación política activa por parte de los ciudadanos (esto supone la publicidad de los actos estatales y la necesidad de instrucción en materias de ciencias jurídicas y política tanto teórica como “material” [aquella ocurrida en un estado determinado y en un momento dado]).
- La representación de todas las clases sociales dentro de las instituciones de gobierno con iguales atribuciones y prevalencia de ninguna. (Laaccedencia a dichas magistraturas necesariamente colegiadas en razón de la materia debe ser restringida (el magistrado debe pertenecer a la clase que representa y ser elegido con el voto solo de ésta).
Es necesario considerar que para Aristóteles los fines supremos de las formas de gobierno deben ser:
- La libertad-igualdad (“solo somos libres entre iguales” [consideración griega de la época])
- La realización de la justicia y del bien común.
- La realización plena del desarrollo de las capacidades cognitivas humanas (para lo cual considera necesaria la realización de los dos puntos anteriores siguiendo el concepto fundamental de Sócrates [BIEN=VERDAD. Según el cual el bien es igual a la verdad y el mal a la ignorancia. Sócrates explica esto de la siguiente manera: -el humano busca la felicidad, llenar su vacío existencial -para esto utiliza medios por los cuales pretende lograr dicho fin -la mayor parte de las veces utiliza medios que consiguen satisfacciones efímeras, etéreas, superficiales, qué no van más allá de los “deseos pasionales”{como tener sexo, alimentarse, etc} -de ésta manera concluye que busca un fin por medios que no pueden alcanzarlo; ya que éste sólo puede ser alcanzado mediante la contemplación de la verdad, entendida como el conocimiento de la realidad])
De esto se advierte que si sólo somos libres entre iguales no puede haber una clase gobernante, deben gobernar todas por igual.
Marx va más allá advirtiendo además que: habiendo elementos (individuos y/o clases) económicamente diferentes unos intentan superponerse sobre otros, estando rota, bajo dicho supuesto, la relación de igualdad de unos elementos para con los demás y por lo tanto la de libertad.
Ambigüedad en las definiciones[editar]
La aplicación de la misma palabra a dos conceptos o más diferentes pero relacionados lleva a inconsistencias:
- Los países que son repúblicas según la definición práctica normalmente aducen que son repúblicas en un sentido tradicional, aunque en muchos casos sean regímenes autócratas o dictatoriales donde el pueblo no es soberano.
- Una monarquía electiva con soberanía popular o una monarquía parlamentaria serían repúblicas en sentido tradicional, porque la soberanía está en el pueblo que otorga más o menos atribuciones a un monarca no soberano. Sin embargo en la práctica jamás se llama república a una monarquía.
Los analistas políticos creen que la Primera Guerra Mundial desató el fin de las monarquías tradicionales. La forma de estado republicana (definición tradicional) se impuso en la mayoría de los estados desarrollados, monarquías o no. Tras la primera guerra mundial, con el Tratado de Versalles desaparecieron tanto el Imperio austrohúngaro, como el Imperio alemán. Además, los monarcas de los estados ganadores fueron cediendo poderes y prerrogativas a instituciones democráticas electas.
República y religión
na de las principales motivaciones por las que se cambiaba del régimen monárquico al republicano era el aspecto religioso.
La mayoría de Monarquías tenía una religión oficial de Estado de la que no se podía disentir, mientras que las repúblicas –sobre todo desde que la francesa y la estadounidense establecieran las bases para el derecho que actualmente recogen la mayoría deconstituciones–, con la libertad de culto dejan este aspecto a la libre elección del ciudadano.
Repúblicas laicistas[editar]
Muchas veces, las revoluciones que han propiciado el cambio de Monarquía a República han sido altamente laicistas, lo que en ocasiones ha despertado un importante sentimiento anticlerical a raíz del apoyo y el simbolismo que algunas confesiones religiosas como el catolicismo han prestado al Antiguo Régimen, o por su estrecha vinculación con las oligarquías, así como el papel eminentemente reaccionario que las jerarquías eclesiásticas han tendido a desempeñar en su complicidad o defensa activa del orden establecido. En los casos de mayor exacerbación, o de mayor acumulación histórica de frustración y sufrimiento por parte de las clases populares y oprimidas, a raíz del statu quo, esto ha llegado a provocar quemas de iglesias, persecución de religiosos y destrucción de arte sacro, etc. Casos de ello se dieron en Francia, durante la revolución francesa, o en algunas revoluciones socialistas, como las que dieron paso a las distintas Repúblicas de la Unión Soviética (algunas de corta duración), así como las de Vietnam, Corea del Norte, China, México o la inconclusa Revolución social española de 1936, que tiene lugar en el seno de la II República tras el frustrado golpe de Estado por parte de los militares sublevados, que dio lugar al estallido de la Guerra Civil, siendo los intentos o afiliaciones revolucionarias duramente reprimidas desde el bando sublevado. Aunque también la imposición de monarquías o estados totalitarios han fomentado en ocasiones la persecución o ataque a minorías religiosas como a los judíos, o a los cristianos en el Japón Tokugawa, o han legitimado su poder en la religión, como la dictadura del General Francisco Franco y su nacionalcatolicismo.
En los Estados Unidos, no sucedió esto, probablemente, porque la suya más que revolución, fue ante todo una Guerra de Independencia para librarse de los abusos de la corona británica. No obstante, la joven nación no eligió ninguna religión de Estado en especial, aunque sí hace referencia en ocasiones a la Biblia o aDios, por ejemplo en su constitución. Francia, pionero en la independencia de la religión y el estado, asumiría la laicidad del estado finalmente a principios del siglo XX.
Repúblicas confesionales[editar]
Si bien es cierto que muchas veces se ha esgrimido el sentimiento anti-religioso para favorecer la implantación de un régimen republicano, otras tantas veces, ha sido al revés, se ha utilizado un sentimiento religioso (en ocasiones, inclusofundamentalista), con idéntico objetivo.
El sentimiento religioso jugó un importante papel,por ejemplo, en el derrocamiento del Régimen del Sah en Irán, que fue substituido por una república dirigida por los líderes espirituales islámicos, los ayatolás. De hecho, Irán tiene como nomenclatura oficial la de República Islámica de Irán.
Algunos países se han organizado como una república, para establecer una religión estatal en su constitución. El ejemplo más evidente es el de las República Islámicas, aunque no son las únicas, lo mismo sucede el polo opuesto, en el Estado de Israel.
Históricamente, muchas repúblicas se han definido en función de una religión, como la República católica de Irlanda o laRepública protestante de los Países Bajos.
En este caso, al dotar a la República de una determinada religión oficial, lo que se busca es impedir injerencias en el culto estatal, provengan dichas injerencias de dentro del propio Estado o del exterior.
República y democracia
La república, a menudo, se asocia con la democracia. Esto no ha causado problemas, siempre que se cumplieran las características antes descritas, hasta el desarrollo de las teorías de las democracias. En este sentido, por ejemplo, una república delegada, en la que no haya participación del pueblo en lo público más allá del voto cada ciertos años, se parecería más a una oligarquía que a una democracia.
El derecho a voto ha sufrido una larga evolución. De hecho, no se generalizó el sufragio universal (derecho a voto solo limitado por la mayoría de edad) hasta mediados del siglo XX. Antes, este derecho estaba bastante restringido. Sólo determinados estratos sociales podían votar, o se discriminaba por cuestiones de origen, color de piel, sexo, etc. Actualmente, a muchas formas de democracia de la antigüedad (incluyendo la Democracia ateniense) se las denomina Plutocracias, pues sólo permitía votar a la oligarquía dominante.
El referéndum[editar]
Un instrumento de democracia directa son los referendos, pero éstos sólo son convocados, normalmente, por algún motivo extraordinario. Pocos países, entre los que está Suiza, convocan varios referendos al año.
Países declarados como regímenes o estados socialistas o comunistas, en cambio, suelen tener un alto índice de participación del pueblo, de lo que denominanproletariado, pero en cambio, las decisiones que ahí se toman, no son de gran alcance o bien no cuentan con una base realmente democrática donde se puedan discutir y plantear por toda la sociedad las ventajas o inconvenientes al apoyarlos. Es el caso, por ejemplo, del Régimen de Fidel Castro en Cuba que organiza los llamados comités populares para que los ciudadanos puedan participar en la toma de decisiones.
Además, muchas de las antiguas repúblicas socialistas de Europa del Este incorporaron a su nombre la denominación titular de democracia, pero al igual que el concepto de república moderno, no se ajustaban a la realidad o a la definición común. Ni se trataba de regímenes participativos de manera transparente y conderechos humanos básicos, ni se ejercían consultas directas (referendos) a la ciudadanía en las condiciones adecuadas. Un ejemplo sería, antes de lareunificación de Alemania, la hoy ya desaparecida, República Democrática Alemana.
En otros estados considerados democráticos como México, sin embargo, esto se puede comparar, según algunas opiniones, con los famosos plebiscitos que toman la opinión del pueblo pero sin que la sociedad en sí tome parte activa en la legislación, y la cámara de diputados
República o Monarquía[editar]
Aunque, teóricamente, la república hace referencia a que la soberanía reside en el pueblo de forma democrática, en la práctica, el concepto república se lo pueden atribuir estados que simplemente no adopten como a una forma de monarquía, incluyendo en ocasiones estados con sistemas totalitarios, oligarquías o dictaduras, como Corea del Norte. Por ejemplo, losautócratas tratan de maquillar su forma de gobierno con trajes democráticos llamándose presidentes, en vez de reyes y república a la forma de gobierno de su país en lugar de monarquía o dictadura.
Siempre han existido repúblicas, en cierto modo con rasgos de monarquías absolutistas, donde el Jefe de Estado puede tener muchas de las características de un monarca o rey, llegando a instalar a presidentes vitalicios (concepto muy cercano o paralelo al de dictador). Este tipo de presidente, muchas veces, tiene un poder más allá de lo que es habitual en una democracia. Un ejemplo es el caso de la República Árabe de Siria en la que a partir de 1970 el cargo presidencial puede devenir en hereditario.
Durante mucho tiempo, república era un concepto de estado moderno y de ideas ilustradas o liberales diametralmente opuesto a monarquía, símbolo del Antiguo Régimen. Éste es el caso, no sólo de Antigua república romana sino de estados modernos como Estados Unidos, tras su independencia del estado monárquico de Gran Bretaña o Francia, tras la revolución francesa, punto de referencia de la actual historia moderna. En cambio hoy, esta radical oposición ha quedado diluida por la propia aceptación y evolución de algunas monarquías, especialmente europeas, hacia sistemas de monarquía constitucional oparlamentaria, régimen similar a una república, en el sentido de concederse casi totalmente la soberanía en el pueblo en forma de derecho a voto, aunque conservando como máximos representantes del estado en un cargo heredable entre otras particularidades. Es el caso de Gran Bretaña o España, entre otros países.
El debate no obstante sigue abierto y países como Australia en 1999 celebraron un referéndum para convertirse en República, rechazada con un 55% de los votos, otros países de reciente creación, como Montenegro, aún a pesar de tener herederos a la corona real y basarse su escudo nacional en el símbolo real de 1918, paradójicamente han aceptado formalmente la República como forma de gobierno.
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